Parecía una frase hecha, pero se ha convertido en una flamante realidad. La televisión del siglo XXI no es otra cosa que cualquier ventana virtual que programe libremente sus contenidos. Dado que las cadenas comerciales han convertido el mundo de la música en un permanente reality, la industria más subterránea ha ideado sus propias fórmulas para dar visibilidad a los músicos con talento.
Desde la popularización de You Tube y la integración del acceso a Internet en el propio aparato de televisión, han proliferado las revistas musicales, los canales especializados y la viralización de los contenidos más impactantes. Tiempo de Promo domina los resortes de la comunicación audiovisual desde el punto de vista de los usuarios de cualquier edad y sabe cómo hacerles llegar aquello que teclean en su buscador.
Los nuevos códigos de interacción entre artista y público pasan necesariamente por el control de la producción audiovisual de cada banda. Los músicos tienen que ser conscientes de la imagen que dan con sus ensayos o actuaciones, videoclips o entrevistas, dosificando y administrando bien los recursos de que disponen. Nuestra misión consiste en orientarles para que consigan resultar atractivos y profesionales.
Desde la popularización de You Tube y la integración del acceso a Internet en el propio aparato de televisión, han proliferado las revistas musicales, los canales especializados y la viralización de los contenidos más impactantes. Tiempo de Promo domina los resortes de la comunicación audiovisual desde el punto de vista de los usuarios de cualquier edad y sabe cómo hacerles llegar aquello que teclean en su buscador.
Los nuevos códigos de interacción entre artista y público pasan necesariamente por el control de la producción audiovisual de cada banda. Los músicos tienen que ser conscientes de la imagen que dan con sus ensayos o actuaciones, videoclips o entrevistas, dosificando y administrando bien los recursos de que disponen. Nuestra misión consiste en orientarles para que consigan resultar atractivos y profesionales.